GEORG SOLTI

21 OCTUBRE 1912 – 5 SEPTIEMBRE 1997
GEORG SOLTI


            Georg Solti nace en Budapest un 21 de octubre de 1912, y fallece en 
Antibes (Francia) el 5 de septiembre de 1997. 

            Nació como György Stern en una familia judía de Budapest, hijo de Teréz Rosenbaum y Móricz Stern, en su ciudad natal aprendió piano y estudió en la Academia de Música Franz Liszt. Su padre germanizó el nombre de György a Georg y cambió el apellido a Solti, para proteger a su hijo del antisemitismo. Recibió la primera formación en la Academia de Música Franz Liszt de Budapest con Ernö Dohnányi y los renovadores Zoltan Kodaly y Bela Bartok. A los catorce años, Solti asistió a un concierto dirigido por Erich Kleiber ​y como él mismo cuenta en su autobiografía entonces tomo la decisión ser director de orquesta. A los dieciocho años después de terminar sus estudios de piano en la Academia Liszt solicitó y consiguió ser asistente en la ópera de la capital húngara.


            En 1936-37, asiste a Arturo Toscanini en el Festival de Salzburgo.​ El encuentro sería decisivo para la personalidad de Solti al matizar su apasionamiento innato con la obsesión por la perfección formal.

Wagner: Preludes & Overtures
Chicago Symphony Orchestra
(1976 & 1979 Movie Live)
Georg Solti



            Debutó en la ópera de Budapest en 1938 con Las bodas de Fígaro, de Wolfgang Amadeus Mozart. En 1939 huyó de Hungría y marchó a la neutral Suiza. Durante la segunda guerra mundial se refugió en Zúrich y volvió al piano con mucho éxito, ya que ganaría el primer premio en el concurso internacional de Ginebra en 1942.

            Después de la guerra, fue director general musical de la Ópera Estatal de Baviera en Múnich. Solti dice de esos años: «Tocábamos en el Prinzregenten, el único teatro que se tenía en pie, aunque, como se habían quemado vestuarios y decorados, tuvimos que empezar interpretando el Réquiem de Verdi tres veces por semana. Mi primera ópera fue Carmen, y recuerdo que hacía tanto frío que el sudor se evaporaba y de la cabeza me salía como humo. No había calefacción, y la gente calentaba el teatro con sus cuerpos, pero el público se afanaba por acudir». Por aquellos años pudo conocer a Richard Strauss en su casa de Garmish, en ocasión de su 85º aniversario y ello le permitió apreciar la grandeza de un compositor al que admiraba y del que se convertiría en uno de los intérpretes de referencia. En 1949, a los pocos meses de la entrevista Strauss murió y Solti dirigió en su entierro el terceto de El caballero de la rosa, que emocionó al público y a los solistas.

Symphony No.9
L. V, Beethoven
Georg Solti
London Philharmonic Orchestra



            Después de presentar cuarenta óperas en seis años, dejó Munich para pasar a dirigir la Ópera de Fráncfort del Meno.

            En 1951, debutó en el Festival de Salzburgo dirigiendo Idomeneo, de Mozart.

            Dirigió la Orquesta Sinfónica de Chicago desde 1969 hasta 1991. Solti encontró en la Orquesta de Chicago el instrumento que siempre había buscado para expresarse. Tenía justamente las características que mejor se acoplaban a su estilo de dirección, una gran disciplina, un sonido pleno, contundente y brillante y una gran versatilidad para adaptarse al estilo de cada compositor. La revista Newsweek dijo: «Al frente de Chicago, ha fustigado, engatusado, martilleado, pulido y conjurado un sonido orquestal que une dos propósitos opuestos entre sí. Por un lado, un seductor y meloso rugir del viento y los metales. Por otro, un meticuloso control del tono de la cuerda, hasta el punto de lograr que casi un centenar de músicos toquen con la claridad y frescura de una orquesta de cámara».

            Después de haber tenido serios problemas en sus ensayos y grabaciones con la Filarmónica de Viena, que no quería adaptarse a las rigurosas instrucciones interpretativas de Solti, poder compenetrarse a la perfección con una orquesta comparable como la de Chicago fue un alivio. Solti en 1987 dijo de los años al frente de la Sinfónica de Chicago: “Estos años han sido los más felices de mi vida musical. Lo digo con mucho orgullo, porque en ellos ni tuve jamás un solo problema con la orquesta ni hube de dar un grito en fortísimo. Siempre hemos trabajado con plena comprensión y armoniosa alegría musical. La orquesta toca cualquier obra con el mismo entusiasmo como si la estuviéramos estrenando, y esto es lo que más me llena. Así hemos superado los 700 conciertos y grabado más de 90 discos. Es lo que se puede llamar un matrimonio feliz, y por mi parte, mientras mi fuerza física me lo permita, quiero seguir con ellos”.

Beethoven: "Egmont" Overture & Symphony No.5 (1990 Movie Live)
Georg Solti
Chicago Symphony Orchestra



Fuentes: Wikipedia. YouTube.

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